martes, 17 de mayo de 2011


Valoración y uso de la Metodología del Juego en Educación Inicial

Toda educadora de párvulos debe estar conciente de que estimular las habilidades del niño por medio de objetos concretos que le posibilitan una inserción y adaptación al entorno por medio del juego es una base fundamental de la educación inicial.

Para promover este proceso de formación una buena sugerencia a la aplicación de al metodología del juego es la organización del trabajo por rincones.

A partir de los 3 años de edad, edad en que generalmente la educación empieza a escolarizarse el trabajo por rincones facilita la diversificación e integralidad de las áreas de desarrollo humano a la vez que presentan matices de juego diversos y con niveles de dificultad que promueven el autoestima y la capacidad de aprehender de los niños.

A partir de esta premisa, los rincones pueden organizarse a manera de juego teniendo en cuenta los diferentes niveles de desarrollo y la edad del párvulo.

Así encontramos rincones de:

-Zona de representación y Juego Simbólico
-Juegos de Construcción
-Juegos tranquilos de mesa y artísticos
-Juegos de patio
-Juegos motores y rítmicos musicales
-Juegos de experimentación




De esta manera, la planificación y organización de las actividades curriculares en Educación Inicial estarán más acordes al desarrollo evolutivo del niño, sus intereses, sus necesidades y la potenciación armónica, integral e íntegra de todas sus capacidades y destrezas.
El educador infantil debe tener en cuenta que el juego es la medida de la inteligencia y también la base del desarrollo y conocimiento infantil para el contacto y la incersión al mundo. De manera que la inclusión del juego como metodología del aprendizaje en Educación Inicial es un requisito trascendente para conseguir una formación integral y educación de calidad para nuestros niños.
Clases de Juego en Educación Inicial para niños de 0-4 años

Para el niño, aprender es un juego
 y cualquier juego le enseña algo.
                                         A. Bacus
Para tener claros los recursos, clases de juego y su evolución, es necesario mencionar y clasificar dichos elementos de acuerdo a la edad y etapa evolutiva del niño.
Una educadora de párvulo, no es profesora, ni mucho menos da clase; su actividad se amplifica al desarrollo óptimo y adecuado de los niños por medio de estrategias metodológicas que tiene funciones lúdicas, aspecto fundamental en el desarrollo del niño. De esta manera, podemos clasificar las clases de juego en cuanto  la etapa de desarrollo humano para propiciar una planificación y un proceso de E-A inicial de mayor calidad.
A continuación, un resumen sobre la clasificación lúdica según la edad del libro ¿Jugamos? de Francine Ferland:

-       0-6 meses
El niño descubre su entorno en función a su cuerpo por medio de sus sentidos.
Los juegos pueden organizarse en cuanto a motivar los sentidos: incitarle a mirar, a escuchar, a tocar y dejarse tocar; propiciar la manipulación (agarre) de objetos y descubrimiento del movimiento. Generar contacto afectivo: ‘ser acunado, bañado, entonándole canciones de cuna’ (FERLAND, 37)
Recursos: objetos llamativos móviles, sonajeros, flotantes en el agua, que emitan sonidos, espejos alfombra de actividades diversas, animales de peluche, rostro humano y caja de música.




-       6-18 meses
El niño explora su espacio y manipula los objetos de su entorno.
Dadas sus características evolutivas, en el juego se motiva al niño a mirar y a descubrir los objetos en movimiento y su permanencia, a escuchar y comunicar por medio de preguntas, a tocar y dejarse tocar reconociendo texturas, a moverse y desplazarse por sí mismo y a manipular objetos de motricidad fina y gruesa por medio del agua, la arena etc.
Recursos: imágenes sencillas, acciones de sí mismo, recipientes para llenar y vaciar, juguetes para encajar y apilar, bloques de madera, juguetes para empujar, arrastrar e imitar, instrumentos musicales, balones, espejos.

-       18-24 meses
Juegos convencionales y juegos imaginativos.
En esta etapa se desarrollan habilidades de comunicación identificando objetos familiares, seguir el ritmo de la música, reconocer las partes de su cuerpo.
Recursos: pintura de dedos, cochecitos, figuritas, muñecas, pompas de jabón, cajas de cartón, juguetes con ruedas, rompecabezas, instrumentos musicales, juegos de construcción, juegos de exterior.

-       24-36 meses
Juegos convencionales e imaginativos.
Es propicio jugar con habilidades de comunicación, responder preguntas referentes a los objetos de su entorno, incitarle a tocar y ser tocado experimentando nuevas sensaciones en su cuerpo y en la naturaleza por medio de conceptos: frío, calor… favorecer con objetos su coordinación fina, experiencias de movimientos corporal, sentido del humor y comprensión del entorno.
Recursos: lápices de cera, pizarra, tizas, pintura de dedos, juguetes de asociación, juguetes para simulación, libros con grabados, juguetes con ruedas para montar, cajas de cartón, vajilla, cofre con utensilios rompecabezas.




-       36- 48 meses
Desarrolla escenarios de juego.
Juegos encaminados al desarrollo de la comunicación verbal, gestual y simbólica. Canciones, dibujos, poemas, y repeticiones de las mismas por medio del lenguaje y los gestos. Experiencias de movimientos grandes y gruesos.
Recursos: casa de muñecas, marionetas, coches, tijeras de punta redonda, juegos de construcción, lápices de colores, cuentos, plastilina, disfraces, juegos de habilidades (bolos, puntería), cuerda para saltar, triciclo, instrumentos musicales.
El Rol de la Educadora de Párvulos en la Formación del Niño y la Creación de Ambientes y Actividades Lúdicas en el proceso de E-A

Es un hecho inalienable de la educación inicial que la actividad lúdica debe realizarse en base al interés y características personales de los grupos a los que una educadora forma, de ahí que el rol de una educadora de párvulos está en reflexionar sus prácticas educativas para promover actividades con matiz de juego que le permitan potenciar el desarrollo integral de sus niños en cada una de sus dimensiones. Por esto, ‘la organización y disponibilidad de espacios y objetos debe hacerse creativamente’ (RETAMAL, 2001; 21) de manera que el niño, por medio de ellas, adquiera y cree sus aprendizajes significativos.

Una educadora de párvulos debe tener siempre en cuenta que al usar estrategias metodológicas de aprendizaje que involucran funciones lúdicas, está fomentando en sus alumnos el desarrollo de nociones concretas y lógicas que  inciden en la comprensión de fenómenos del aprendizaje posteriores a la educación inicial.

Las educadoras de Párvulos enfrentamos el reto de salir de la escolarización inicial y educar a los niños por medio de actividades que les divierten, es decir por medio del juego. De ahí, la relación dicotómica de juego-trabajo que estamos llamadas a maneja en nuestra práctica diaria.

Gracias a nuestro conocimiento sobre las características de los niños de 0-4 años de edad, encaminamos actividades que permiten un desarrollo óptimo del párvulo; cuando las necesidades e intereses de los niños se vuelven nuestro eje de acción principal somos concientes de la metodología que debemos manejar y al conocer que el juego es la actividad, principio y característica fundamental de la formación del niño ya que, según lo afirma Schiller ‘’El hombre no está completo sino cuando juega’’, de manera que una educadora utiliza esta tendencia natural del niño para planificar las actividades educativas.




El papel del educador es fundamental al momento de plantear actividades para ofrecer  los niños ya que este debe ser conocedor de los intereses correspondientes a la edad de ahí que ‘la habilidad del educador está en ofrecer el juego que crea más conveniente de manera atractiva, para que el niño lo realice sin sentirse coaccionado’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 485).

Al contemplar la división de juego-trabajo es necesario reconocer que aquello que los hace diferir no es la actividad en ejecución sino la actitud y postura tomadas frente a dicha experiencia de aprendizaje. ‘El niño, el juego y el trabajo se dan juntos, pero a medida que se va haciendo mayor y se va acercando al punto de vista del adulto, empieza a distinguir entre ambos.’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 486). Por esto, el rol del educador infantil consiste en permitir que tanto el trabajo como el juego sean ocasión de disfrute para el niño el momento de realizar actividades de estimulación en el aula.

Advertimos entonces que el juego tiene dos componentes: uno lúdico y otro educativo y el educador infantil es aquel que se encarga de hacer que el niño juegue y aprenda al mismo tiempo sin necesidad de hacerle saber que está siendo evaluado o realizando algún trabajo y es quien también a la vez programa actividades lúdicas como momento de distensión para un grupo de niños. así entonces, un educador infantil propicia infinidad de oportunidades de aprendizaje por medio del juego que potencian el desarrollo de habilidades permitiendo que el niño no sólo participe sino que las interiorice, es decir, que aprehenda. De esta manera, ‘el juego supone un punto de partida para proponer y realizar tareas o actividades útiles conducentes a lograr ciertos objetivos educativos’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 487).

Con estos elementos el educador aprovecha y se vale de esta fuente de actividad para su planificación conociendo la dinámica del grupo que maneja. ‘Por ello, presentará las actividades en forma de juego. Por las características del niño y su forma de  juego ha de parecerle libremente elegido y no impuesto’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 487).

De ahí que el valor didáctico del juego genera oportunidades de aprendizaje convirtiéndose en un medio para el educador mas no para el niño que juega.

La creación de ambientes lúdicos de aprendizaje es una función del educador infantil que amplía aun más la visión de formación integral del niño ya que de esta depende la organización del tiempo, de los espacios, de los recursos y de las capacidades que por medio de los objetivos planteados se busque desarrollar.
Un adecuado ambiente lúdico de aprendizaje ‘favorece el desarrollo del equilibrio personal en un clima afectivo en el que el niño se desenvuelva alegremente’ (RETAMAL, 2004; 25) ya sea de forma individual o grupal. Este aspecto fomentará a su vez la incorporación de valores y normas sociales que debe manejar tanto dentro como fuera de la institución. Asimismo, las habilidades y destrezas, motrices, cognitivas y de lenguaje se desarrollarán y estimularán constante y abundantemente por medio de las experiencias de aprendizaje sugeridas de forma lúdica por la educadora en los espacios y ambientes creados para un óptimo proceso de E-A.

En una cosmovisión social de la educación contemplada desde la perspectiva de la Reproducción Cultural vigente en todo sistema social, las educadoras debemos ser concientes de que el control social está determinado por aquellas clases cuya cultura domina y prevalece en un determinado contexto y sociedad, aspecto que a su vez es violentado por el papel institucional de la escuela y el cual nosotras transmitimos por medio de una violencia simbólica que estamos llamadas a cambiar.
Por todo lo expuesto a lo largo de este capítulo y contemplando con una visión crítica el papel de la educadora de párvulos, es necesario mencionar que nuestra labor en la formación integral lúdica del niño, no se limita a una instrucción cognitiva o moral sino que busca formar al individuo inserto en una sociedad de manera que sea capaz de generar cambios y ser parte de ellos no sólo para caminar en la mira de una pedagogía crítica sino también para desde las bases, edificar una sociedad diferente.
El Juego en Espacios Educativos con los niños de 0-4 años.

      Jugamos para educar
y educamos jugando.

El Juego como Metodología en el proceso de E-A en Educación Inicial

Concebir al juego como una oportunidad de aprendizaje dentro de la Educación Inicial nacional ha significado practicarla en la planificación curricular de los Centros Infantiles teniendo en cuenta las nuevas tendencias educativas.
El juego utilizado como metodología del aprendizaje constituye una herramienta fundamental para el desarrollo pertinente de los niños de 0-4 años.
Dado que durante esta etapa el niño tiene avances en gran medida en todas las áreas de su desarrollo, la educación inicial busca potenciar ese desarrollo de manera integral, estimulante y con alta calidad.
Los niños aprenden jugando (y más aún si las actividades variadas son en forma de juego adaptado a las características de cada edad) gracias a los componentes del juego; los cuales le dan a este fenómeno su matiz educativo y FORMATIVO.
Según Francine Ferland en su escrito ¿Jugamos? , el juego posee en sí mismo un:

-       Componente Sensorial
La sola presencia de los objetos aporta a los niños estimulación sensorial. Cuando el niño está en el mundo, mira, toca, huele y se atrae por los distintos objetos que le rodea. Cómo organizar esa información dentro de su cerebro para desarrollar con efectividad sus dimensiones es una tarea educativa en esta etapa de la vida, la cual es netamente dirigida por el juego y las funciones lúdicas de los objetos de aprendizaje.



-       Componente Motriz
La estimulación de esta área de desarrollo humano está basada principalmente en la manipulación de los objetos promoviendo la coordinación de los movimientos de las manos y las extremidades gruesas del niño.
Tanto el desarrollo motriz grueso, como el fino, tienen que ser estimulados a partir de actividades que capten la atención e interés de los niños, es decir, adaptadas a su etapa evolutiva; aspectos que incluyen intrínsecamente el juego como principio de actividad en la formación de los párvulos.

-       Componente Cognitivo
Al momento de jugar, las habilidades y desafío cognitivos de los niños de la etapa inicial deben estar encaminadas y dirigidas por objetos que estimulen y motiven su capacidad intelectual, es decir, ‘que le permitan conocer su entorno y desarrollar su pensamiento’ (FERLAND, 23). Aquí cabe el reconocimiento de formas, colores, texturas y objetos familiares a su entorno a su vez que comprende su funcionamiento y su adecuado uso mediante lo cual el niño se inserta en su cultura. La educación inicial juega un papel fundamental al desarrollar dichas nociones por medio de las actividades lúdicas planificadas y pensadas de acuerdo a la edad de los niños.
Este componente ‘desarrolla distintos conocimientos, da vida a los objetos y deja libre curso a su imaginación.’ (FERLAND, 24)

-       Componente Afectivo
Este componente hace referencia a las iniciativas, gustos, deseos, intereses y emocionalidad del niño ya que por medio del juego el niño no sólo decide lo que sucede en él sino que presenta una base real de sí mismo. Así, el niño obtiene sentimientos de dominio de lo que él realiza. De ahí que en las actividades planificadas diarias en educación inicial se debe generar y buscar espacios de actividades lúdicas para el desarrollo de las dimensiones humanas en las que el niño sea capaz de participar activamente y desarrollar sus habilidades histriónicas.

-       Componente Social
Este componente caracteriza a la forma en que se llevan los juegos de acuerdo a la etapa; grupales o individuales. Cuando el niño explora los objetos, aprende y se inserta en su mundo circundante, entiende que hay otros aparte de sí mismo y surge el interés de la formación socio-afectiva de su personalidad.
La educación inicial debe ser un espacio en el que, por medio del juego se exploten en los niños aquellas habilidades necesarias para su desarrollo posterior y su formación como una PERSONA integral.

Los centros infantiles están en la obligación de organizar y generar ambientes de aprendizaje que faciliten la formación lúdica del individuo ‘teniendo en cuenta los objetivos educativos a partir de los intereses infantiles, con creatividad e imaginación’ (RETAMAL, 2001; 21).
El Juego y los Niños de 0-4 años.

Piaget clasifica las etapas evolutivas de la persona haciendo una distinción sobre los elementos predominantes en cada una de ellas.
Para conocer y entender al juego como un recurso educativo en las edades mencionadas, es necesario conocer las características que componen a cada una de ellas.
 Con esta edad distinguimos dos etapas: la Etapa Sensoriomotriz y la Etapa del Pensamiento Preoperativo.

Etapa Sensoriomotriz (0-2 años)

-       0-2 meses: Actividad Refleja

Esta, es una etapa caracterizada por las actividades reflejas.
Desde el nacimiento hacia los dos meses de edad el niño ejerce reflejos básicos como la succión, el asimiento, el llanto, etc.
Su concepto del objeto es todavía muy escaso ya que no diferencia a los objetos de sí mismo.

-       2-4 meses: Primeras Diferenciaciones

Durante el segundo mes hacia los 4 meses de edad, las conductas reflejas empiezan a modificarse; surgen conductas nuevas y se ‘inicia un proceso de coordinación sensorial’ (WADSWORTH, 1992; 40), el niño empieza a coordinar el movimiento de sus manos y su boca, la ubicación de objetos con sus ojos y también de estímulos auditivos.
Su concepto del objeto ha evolucionado y el niño es capaz de evoca el recuerdo de los objetos. Sus acciones todavía carecen de intencionalidad, es decir el niño no inicia conductas con cierto fin. ‘Sólo se puede inferir la intencionalidad de la conducta cuando el inicio de las conductas no es un acto reflejo’ (WADSWORTH, 1992; 43).

-       4-8 meses: Reproducción de Fenómenos y Acontecimientos

La conducta del niño es más dirigida a los objetos externos que a su propio cuerpo. Empieza a reproducir sucesos que son interesantes para él en base a sus acciones con los objetos; por esto, el niño evoluciona en su intencionalidad procurando la repetición de las conductas que captaron su interés. Es decir, empieza a ejecutar conductas con un objetivo. Inicia su noción de permanencia del objeto.
Egocentrismo marcado al mirarse a sí mismo como causa principal de toda actividad.

-       8-12 meses: Coordinación de Esquemas

Con su vertiginoso desarrollo intelectual, el niño empieza a valerse de medios para alcanzar sus fines. ‘tiene la capacidad de combinar conductas adquiridas previamente con el propósito de conseguir un objetivo’ (Piaget 1952).
Su relación con los objetos evoluciona en cuanto a conceptos de tamaño y forma y es conciente de que los objetos además de sí mismo, generan actividad.

-       12-18 meses: Invención de Nuevos Medios

El niño empieza a crear y buscar nuevos medios para solucionar problemas nuevos, todo a partir de las habilidades adquiridas en los períodos anteriores. Su concepto del objeto ahora incluye Desplazamientos Secuenciales, es decir, busca los objetos en el lugar del último desplazamiento visible y no en un lugar predeterminado.
En su noción de causalidad, comprende que los objetos y las demás personas son capaces de realizar actividades.

-       18-24 meses: Representación

Se inicia el proceso de la inteligencia representativa; su búsqueda de medios ya no se da por medio de la experimentación (ensayo-error) sino por medio de la representación mental (razonamiento) de secuencias de acción, así el niño elabora mentalmente las soluciones a los problemas.
La permanencia del objeto se ha consolidado y el niño es capaz d encontrar y buscar objetos que han sido escondidos por medio de un desplazamiento invisible. Es decir, conoce que los objetos son permanentes. La relación causa efecto está desarrollada; ‘adquiere la capacidad de construir las causas por medio de sus efectos’ (WADSWORTH, 1992; 58)


Etapa del Pensamiento Preoperativo (2-7 años)

Dentro de esta etapa, en el presente trabajo manejamos el desarrollo hasta los 4 años de edad.
Esta etapa se caracteriza por la aparición de nuevas aptitudes en los niños ya que ‘se desarrollan habilidades de representación y socialización de la conducta’ (WADSWORTH, 1992; 63). Todas las representaciones significativas de sí mismo y de los acontecimientos contribuyen a la formación de la inteligencia del niño.
En esta etapa del pensamiento o desarrollo cognitivo del niño, Piaget resalta la percepción sensomotora sobre el razonamiento, es un período pre-lógico que establece las bases para un razonamiento lógico en las etapas posteriores. Algunas características que se destacan durante esta etapa según Piaget son:

   Egocentrismo: en esta etapa, el egocentrismo del niño es muy marcado, ya que todas sus acciones y pensamientos no se encaminan hacia los demás sino hacia sus propios intereses y jamás cuestiona sus propios pensamientos. Observando los niños hasta sus 4 años d edad contemplamos el juego simbólico; una forma de autoexpresión en la que el niño no busca comunicarse con los demás. ‘el pensamiento de los niños y sus compañeros entran en conflicto y su pensamiento egocéntrico va cediendo ante la presión social’ (WADSWORTH, 1992; 75).

   Razonamiento Transformacional: los razonamientos de un niño de esa edad respecto de las transformaciones son muy superficiales, puesto que ellos no centran su atención en la transformación mediante la que un estado cambia a otro, sino que la centran en los elemento de dicha secuencia. Piaget afirma que,
      El niño no centra su atención en el proceso de transformación de un estado    original a uno final, sino que la centra exclusivamente en un estado intermedio…pasa de un proceso de percepción a otro, pero no es capaz de integrar una serie de sucesos a una relación de principio a fin.’ (WADSWORTH, 1992; 76)

   Centrismo: está puramente supeditado a la percepción que el niño tiene sobre los objetos, por ello, el niño tiende a captar aspectos puramente limitados de algún suceso ya que sólo responde al estímulo visual. ‘Todas las actividades cognoscitivas están dominadas por aspectos de la percepción’ (WADSWORTH; 1992; 77).

   Reversibilidad: esta etapa se caracteriza por la incapacidad el niño para revertir operaciones que le han sido enseñadas o presentadas. Todo esto, según Wadsworth se da gracias a que las actividades motoras y perceptivas que tiene el niño son netamente irreversibles.

   Conservación: se expresa en la conservación mental de una dimensión cuando se han efectuado cambios en otras dimensiones, es decir, la conservación ‘es la conceptualización de que el monto o cantidad de algo sigue siendo el mismo a pesar de los cambios que sufra’ (WADSWORTH, 1992; 79) A medida que las etapas del pensamiento del niño van avanzando, el niño aprende a conservar número, área y volumen, condiciones básicas para un buen desarrollo del pensamiento lógico en la etapa de operaciones concretas y formales.

El desarrollo social y del lenguaje a lo largo de esta etapa son un factor determinante en cuanto a la funcionalidad de los juegos y la adquisición de hábitos en los niños de 0-4 años de edad.

Según esto, pueden hacerse distinciones sobre la clasificación de los juegos según la etapa y la edad. Tomando como referencia a Piaget podemos ordenar los tipos de juego de acuerdo a las características de cada etapa evolutiva del niño, según las cuales surgen los juegos progresivamente. Esto no significa que el aparecimiento de una etapa elimine totalmente a la anterior sino que se resalte un tipo de juego sobre otro. ‘así, cronológicamente el juego pasa de ser sensoriomotriz, a simbólico, apareciendo en una última etapa del juego de reglas.’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 488)

Tipos de Juego



-       Juego de Ejercicio (sensoriomotriz)
Este tipo de juego responde a las necesidades de estimulación sensorial de los niños de 0-2 años promoviendo el movimiento y el conocimiento del entorno teniendo como referencia primera a su propio cuerpo y mediante la manipulación y exploración de los objetos.

-       Juego Simbólico
Responde a la capacidad de representación del niño (a partir de los 3 años) en la que adopta distintos roles o se convierte en distintos personajes a la vez que adapta a los objetos características con una funcionalidad distinta. ‘A través de él se acerca a la realidad y lo acomoda de acuerdo a sus necesidades’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 488).

-       Juego Reglado[1]
Suscitado a partir de los 5 años de edad corresponde a la máxima evolución lúdica. Dadas las características y necesidades de la etapa es necesario infundir en los niños el respeto por las normas, los compañeros y los límites para evitar conflictos grupales ya que ‘el juego de reglas supone aprender a compartir y respetar al otro’ (BARTOLOMÉ, GORRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 489)

Rocío Bartolomé en su libro Manual para el Educador Infantil (Tomo 2) ofrece una clasificación más significativa para la edad infantil dentro de la población estudiada en la presente investigación. El juego puede clasificarse:

-       Por la libertad de elección y desarrollo del juego por parte del niño:
a) Libre
     b) Dirigido.
-       Por el aspecto desarrollado en el niño:
a)    De expresión
b)    Intelectuales (memoria, observación)
c)    Motrices
d)    Sensoriales
e)    De adquisición de conocimientos
f)     Afectivos y sociales.
-       Por la existencia de normas:
a)    De reglas
b)    Sin reglas.
-       Por le número de niños que juegan:
a)    Individual
b)    Colectivo
-       Por el apoyo o recurso material que utilice:
a)    Con material (recursos del adulto o del niño)
b)    Sin material (el propio cuerpo)
-       Por el lugar donde se realiza:
a)    De interior
b)    De exterior

De acuerdo a la edad del niño, su evolución y desarrollo integral, la forma en que juega determina su aprendizaje, su avance, su comprensión y de esa manera también sus característica intelectuales.
Por todos estos motivos, la educación inicial debe apuntar al desarrollo y aplicación del principio del juego en su proceso de E-A.




[1] Este tipo de juego no corresponde a la etapa estudiada en el proyecto, sin embargo pertenece a la clasificación Piagetiana del juego realizada en la parte superior.


El Juego en la Infancia

Es indispensable reconocer que la actividad fundamental de la infancia es el juego ya que éste propicia un desarrollo integral oportuno a la edad. Por esta razón, el niño debe disponer de un tiempo y espacios adecuados para su ejecución.
El juego infantil es una actividad que involucra sentimientos, pensamientos, afectos, actitudes cuya ‘práctica sirve para demostrar y afirmar la personalidad.’ (BARTOLOMÉ, GÓRRIZ, PASCUAL, GARCÍA, 1993; 485)

En al etapa preescolar  para el niño, ’’el juego es la vida en miniatura’’ (FERLAND, 13), es decir, es concebida como una fuente principal de vida en la infancia.
En el manual: El Juego como Instrumento Educativo y de Desarrollo Integral, Lucía Retamal plantea que para los niños jugar es ser y hacer.
De ahí que la importancia del juego infantil se expresa en el Ser al momento de tener experiencias placenteras en las cuales están inmersas las emociones, fortalezas, frustraciones y carencias de los niños. Y en el Hacer al lograr relación, acción y dotación de significado e intencionalidad al juego por medio de las acciones ejecutadas durante su proceso. Gracias a esto, el niño es capaz no sólo de relacionarse con su realidad sino de paso a paso integrarse activamente a ella.

Funciones del Juego Infantil

El juego infantil debe partir de ciertos principios que posibilitan su función, la cual a su vez tiene un impacto sobre el niño.
Desde la infancia entonces, el juego tiene una función de:

-       Descubrimiento
Los primeros juegos del niño le dan la capacidad para descubrir y explorarse a sí mismo determinando sus limitaciones y conociendo aquello que conforma su propio cuerpo.
Además, la interrelación con los objetos y personas le permiten distinguir las características que los conforman a la vez que su funcionamiento. Poco a poco el niño ‘desarrolla estrategias de acción que le permiten acomodarse tanto a los objetos como a las personas’ (FERLAND, 19). Esta función genera en el niño aprendizaje.

-       Dominio de Sí mismo
Esta función se refiere al control que el niño aprende a tener sobre el espacio que le rodea y los objetos que lo componen a la vez que es conciente de sus acciones sobre ello. ‘Es experimentar una sensación de maestría sobre una porción de su vida’ (FERLAND, 19), es decir que aunque todavía tenga una marcada de dependencia del adulto, él es el propio constructor y dueño de su juego; tiene control sobre su inicio, desenlace, recursos, tema, acciones, significado y soluciones, de manera que ‘el juego se convierte en una fuente de gratificación’ (FERLAND, 19) impactando directamente en la formación de su autoestima.

-       Creatividad
El juego es puramente imaginación y creación. Es el lugar donde tiene origen las fantasías. Es decir, gracias a la creatividad del niño, la imaginación inventa cosas y situaciones que se adaptan al interés del infante. En sus juegos da vida a los objetos, anima seres inertes, inventa diálogos y personas. De esta manera ‘el pequeño decide lo que es la realidad, la transforma y la adapta a sus deseos’ (FERLAND, 20). La creatividad, impacta en la capacidad del niño para adaptarse a diferentes situaciones de juego, invención y acción.



-       Expresión
El juego es un lenguaje que, sin necesitar de las palabras, habla por sí solo. Dentro de este fenómeno, están inmersos sentimientos, pensamientos y afectos tanto positivos como negativos los cuales nos informan sobre la situación interna del niño que está jugando. Sus diálogos, la manera en que utiliza los objetos, son formas de comunicar lo que siente. El juego, se convierte entonces en una forma de escape emotivo en el cual el niño extrapola sus frustraciones sobre objetos que lo remplazan. Esta función impacta directamente en la comunicación de sus sentimientos y relación con los demás. Es decir que para él, ‘el juego es su lenguaje primario…que le permite liberar su mundo interior.’ (FERLAND, 20).

-       Placer
Naturalmente al jugar, se obtiene placer. Esta sensación es asociada a las características de cada oportunidad de juego: retos, curiosidad, incertidumbre, lo novedoso. Todo esto lleva al niño al descubrimiento del placer en el juego conservándola y actuando para que perdure. De esta manera el placer impacta en el niño generando en sí mismo un interés para actuar.

El juego del niño es su actividad fundamental, éste abarca sus dimensiones humanas en su totalidad. Gracias a su carácter libre y espontáneo el juego es un fin en sí mismo que permite al niño y a la persona conocer, relacionarse e incluirse en el mundo y la realidad que lo rodea por medio del disfrute, el gozo y la diversión tendiendo en cuenta que  su vez, es un instrumento favorable para la potenciación y adquisición de varias destrezas y habilidades multidimensionales.
Para el niño, el juego es un medio por el que se hace conciente de sí mismo y de su entrono, propiciando su autonomía, su auto-afirmación, su autoestima alta y el interés de sus acciones en salir de sí mismo e insertarse en el mundo rodeado de personas y objetos.